martes, 15 de febrero de 2011

Dreamer

Dreamer - Inédita


Para la época en que estábamos el frío que hacía se podría decir que no era el adecuado, no es que lo odiaba, para nada, solo que a veces extrañaba esa sensación de calor al estar en mi casa o la que me daba estar con otras personas.

Estaba sentado en una banca, esperando a que pasaran por mi, era un poco tarde quizás pero hoy no era uno de esos días en donde el tiempo me importase mucho. Antes de poder continuar con alguna clase de pensamiento, pude notar que a mi lados 2 chicas se sentaron y comenzaron a hablar, no me molesté en fijarme quienes eran, la verdad no soy la clase del chico chismoso que anda pendiente de todo; pero una voz, algo en ella, me pareció conocido y no pude evitar mirar de soslayo hacía donde ellas estaban.

Era la voz de una compañera de estudios que hace un buen tiempo que no veía, una sonrisa se formó en mis labios al recordar que ella era amiga de la una de las personas que más llegué a querer en algún momento de mi vida, no me pude contener y me giré a verlas, para mi sorpresa lo único que mis ojos pudieron captar fue la presencia justamente de ella.

Ella no tenía la menor idea de que estaba a tan solo unos centímetros de mi y que yo la observaba en silencio. Su amiga al parecer le dijo que la esperase que enseguida regresaba. La soledad pronto nos embargó a los dos y por un momento llegué a pensar en si me acercaba a ella o no, pero sus movimientos fueron más rápidos y se volteó para verme, su cara de denotó sorpresa más yo no pude lograr sacar algún gesto en mi rostro, estaba absorto viéndola a ella.

Al parecer no fue nada grato encontrarse conmigo, me observó durante uno minutos y agachó la cabeza. Seguramente recordar que habíamos dejado de hablar desde hace mucho tiempo, no era algo que la alegrase. No es que yo hubiese olvidado el asunto pero algo en mi me inclinaba a que hiciese algo. Sin ninguna clase de reproche en mente, le ofrecí mi mano en señal de saludo, ella al verla no hizo ni dijo nada, así que decidí hablar esta vez.

- Hola. ¿Cómo estás? Tanto tiempo 

- No quiero hablar contigo - su respuesta fue clara y precisa, pero demasiado confusa para mi.

- Pero... ¿Porqué? ¿Hice algo malo?

- No te hablo porque hayas hecho algo malo, sino porque tus creencias y las mías son muy diferentes. No soporto hablar contigo.

Está vez la confusión se esfumó apenas parpadee. Aun recordaba claramente que la religión marcó parte de nuestra separación. Ella era una católica ferviente y me atrevería a decir que hubiera sido monja de haber podido y en cambio yo, soy un ateo que no cree en la existencia de un Dios por no poder ser demostrable.

Antes de que yo pudiese decir algo más, se levantó y se marchó de mi lado, pero yo no estaba preparado para quedar con las palabras en mi boca, tenía aun mucho por decir, así que me levanté y la seguí.

- ¿Porqué te vas? ¿No podemos hablar como dos personas normales acaso? - mis palabras causaron algo en ella que no sabría decir, sólo sé que se detuvo en seco y se giró a verme con seriedad.

- ¿Quieres hablar, para qué, acaso eso sirve de algo? Ya yo no quiero hablar contigo. ¿Porqué te empeñas en querer hablar conmigo?

Mi molestia y de tristeza llegaron a su límite, si al menos me escucharía tenía que decirle lo que sentía.

- No quiero que hablemos de nuevo. TE QUIERO A TI.

Ella quedó muda. Su amiga llegó y nos notó sumamente tensos, me miró con cara de asombro y luego fue con ella. La tristeza en sus ojos era evidente, me sentía mal por eso, no quería ser la causa de ello. Su amiga se encargaría de consolarla, de eso estaba seguro; además luego de haber roto ese nudo en mi garganta lograba sentirme un poco mejor. La miré una vez más y decidí que lo mejor era irme de ahí, ella no tenía nada para mi.

Me fui a sentar de nuevo repitiéndome internamente que ya no importaba, mejor era dejar todo así. Antes de poder entrar en un estado de autoconvencimiento, mi compañera de estudios regresó informando que ella tenía algo que decirme, seguramente fue otro reproche, cosa que yo no quería escuchar, pero era su turno de hablar y por educación tenía que dejar que lo hiciera.

- ¿Y bien? - alcé ambas cejas mirándola con seriedad, no permitiría que se burlase de mis palabras, eso si lo tenía muy en claro.

Su voz era entrecortada y no me veía a la cara. Apenas pude escuchar que musitaba algo - Yo.. Yo te amo - sus palabras impactaron contra cada una de mis barreras mentales y las destruyeron, para cuando me levanté, ella se estaba marchando, no podía dejarla ir, así que solo corrí hacia ella, y la abracé. No podía decir más nada, solo quería besarla, sentirla, hacerle saber con un beso que de verdad sentía lo mismo que ella y que podíamos arreglarlo todo. Pero apenas mis labios buscaron los suyos, yo volví a una frustrante realidad y de mis sueños me alejé, despertando en mi cama una vez más.

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Aclaro que la historia no fue escrita por mi, sino por un amigo, yo solo presto el espacio para que vean su publicación, aparte de que sencillamente me encantó, creo que muchos hemos pasado por sueños frustrantes como esos (:

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