miércoles, 9 de febrero de 2011

Apariencias - Dramione


Apariencias – Viñeta - DM&HG

Caminas con tu cabeza en alto y tu mirada gris va por encima de todos aquellos que consideras inferiores.  Tu porte aristocrático deja a muchas con la boca abierta pero ya es natural para ti que por donde pases la mitad de las mujeres queden literalmente a tus pies, forma parte de tu orgullo Malfoy. Sonríes para dejar constancia de que no solo tienes la silueta perfecta, sino que tu rostro es perfecto, como todo tu.

El pasillo pronto llega a su final y la encuentras a ella en la entrada de una de las aulas, tu mirada se fija solo en su existencia, la ira y el odio se reflejan en tu forma de verla, aprietas los puños y haces una mueca de asco apenas se da cuenta de tu presencia, sabes que las has herido pues no es capaz de mantenerte la mirada fija.

El idiota del cabeza rajada la abraza y la aparta de ti, evitando una posible pelea. Tú solo te limitas a sonreír victoriosamente y seguir con tu camino, ella sólo era una de las tantas víctimas de tu orgullo.

Bajas las escaleras y llegas a la entrada de tu sala común, murmuras la clave con elegancia y la puerta se abre. El frío y la soledad características de las serpientes te dan el recibimiento que mereces, sigues siendo el ladrón de varias miradas y suspiros, mientras que la parte varonil solo te miran con respeto.

Tus pasos se dirigen hacia tu dormitorio, lo único que anhelas desde hace unos minutos es estar en la soledad de tu cómoda habituación. 

La gran puerta marrón se extiende ante ti, unas letras doradas con verdes anuncian tu nombre “Draco Malfoy. Prefecto” sabes que ya has llegado a tu destino.

Tu corazón cabalga desbocado, te grita y exige desahogo y tú no dudas ni un segundo en dárselo. Entras apresuradamente a tu dormitorio y te recargas contra la puerta, cerrándola de golpe. Tu rostro es inmutable, es como si justo en esos momentos nada cruzara tu mente pero la realidad era otra que solamente tu podías ver y sentir.

A los pocos minutos no puedes más con tu mente y sin que nadie se diese cuenta el Gran Draco Malfoy cae derrumbado en el piso de su cuarto. Cierras los ojos con fuerza y empuñas tus manos pegándolas a tus costados, te sientes frustrado y enojado contigo mismo.

Estás cansado de tener que disimular día a día que ella no significa nada para ti, que es solo una sangre sucia más, que es tan inferior como los demás cuando la realidad es que la admiras y solo deseas poder ser sincero con ella tan solo una vez, pero tu orgullo es más fuerte que tú y por más que lo intentes, de tu boca solo sale veneno disparado que amenaza directamente con destruirla, por eso, aunque ni tú mismo lo aceptes, prefieres mil veces callar.

No eres de los que gritan, sabes que con eso no lograrás vaciar ni la mitad de tus problemas. Solo te encierras durante unas horas, meditas y te preparas para seguir con la obra de arte que se ha convertido tu vida, una obra en donde eres experto en interpretar el papel del insensible bastardo.

Con masoquismo intencional: te la imaginas con su tez clara, sus cabellos castaños y rulos desprendiendo ese olor a frutas. Sus labios carnosos y brillosos, deseosos que alguien los suavice. Recuerdas sus gruñidos y sus discusiones con los idiotas de sus amigos solo porque cada vez que van a estudiar tiene que explicarle las cosas miles de veces.

Sientes envidia por no poder ser uno de ellos aunque sea por un día, por no poder tenerla cerca y conocerla. Pero a lo largo de estos años has aprendido cuál es tu lugar en su vida, y no eres más que su mejor enemigo, ese ser detestable que se encarga de sacarle una mala palabra cada vez que puede, pero aunque sea la distraes un rato de los demás problemas que la asechan, vaya consuelo pero es lo único que te queda.

Tus ojos grises vuelven a abrirse y un rastro de nostalgia y tristeza se hace evidente en ellos. Suavizas tus manos y te levantas con pesadez. Una sonrisa irónica se dibuja en tus finos labios mientras que con un movimiento de varita te cambias de ropa.

Hoy no bajarás a cenar, es uno de esos días en donde prefieres que nadie te vea, no sabes de lo que seas capaz de hacer y por la paz de muchos era preferible que te durmieras rápidamente. Desde hace algún tiempo te has vuelto tu propio enemigo y hasta era preferible para ti mismo que pisaras cama.

Tu cuerpo recibe la tibieza de tu cama, te acomodas y con rapidez cierras los ojos deseando que la imagen de esa mujer prohibida salga pronto de tu mente y puedas dormir en paz, pero como otra realidad que solo tú conoces, no importa cuánto intentes arrancártela, ella invade tu mente porque es dueña de todo tu ser y ni se ha dado cuenta de eso y por más que batalles, solo te queda vivir de apariencias porque el día en que aceptes que Hermione Granger tiene control absoluto de ti, ese día mínimo te dejas de llamar Draco Malfoy.

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Lo odio. No es la mejor manera de comenzar un febrero, el famoso mes del amor. Pero para los que me conocen saben que lo cursi no es mi debilidad. Ya veremos si este año logro sacar un poco de ese lado sensible. Mientras esto se tenía que escribir pues algo me tortura y necesitaba sacarlo. Espero que no sea tan desagradable xD

Hasta la próxima. Ciao.

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